š MaƱanita Misionera 2025: Corazones que comparten esperanza
- Información y Soporte IAE
- 26 oct
- 3 Min. de lectura

El pasado viernes 24 de octubre, el patio del Instituto Anglo EspaƱol de PrimariaĀ se llenó de alegrĆa, fe y solidaridad. Desde muy temprano, los colores de los cinco continentes se hicieron presentes:
rojo por AmƩrica,
verde por Ćfrica,
blanco por Europa,
azul por OceanĆa y
amarillo por Asia.
Cada grado portó con orgullo su camiseta representativa, recordando que la misión de los cristianos abarca todo el mundo.
šļø Inicio con oración: el Rosario Misionero
A las ocho en punto, las voces de alumnos, maestras y familias se unieron para rezar el Rosario Misionero, una oración que nos conecta espiritualmente con los pueblos del mundo.
Cada decena estuvo dedicada a un continente, y los niƱos participaron con entusiasmo llevando flores.
Fue un momento profundamente simbólico: cinco colores, cinco continentes, una sola fe.
Las palabras de la Hermana Griselda Cecilia Jaramillo Torres, directora del plantel, recordaron el lema que guĆa este mes:
āMisioneros de esperanza entre los pueblos.ā
Con voz serena, invitó a todos a ser mensajeros de paz y consuelo, a llevar a Cristo con pequeñas acciones que transforman la vida de los demÔs.
El origen de la colecta misionera: un gesto que une al mundo
La Colecta Anual MisioneraĀ tiene sus raĆces en una hermosa iniciativa de la Iglesia que comenzó hace mĆ”s de un siglo, cuando la francesa Pauline Jaricot (dar clic en el nombre para conocer mĆ”s) movida por su amor a Dios y su sensibilidad hacia los mĆ”s necesitados, fundó la Obra de la Propagación de la Fe.
Su sueƱo era sencillo pero inmenso: que todos los bautizados pudieran ayudar a las misiones a travĆ©s de la oración y la ofrenda solidaria. Desde entonces, millones de personas en el mundo āniƱos, jóvenes, familias y comunidadesā participan cada octubre en esta gran cadena de generosidad.
En el caso de nuestro colegio, esta tradición toma forma en las alcancĆas misioneras, donde cada moneda depositada representa una oración y un gesto de amor hacia quienes mĆ”s lo necesitan.MĆ”s allĆ” del monto, lo que importa es el corazón que da con alegrĆa, recordando las palabras de JesĆŗs: āHay mĆ”s felicidad en dar que en recibir.ā
š½ļø Kermesse misionera: alegrĆa que se comparte
Después de la oración, comenzó la esperada Kermesse Misionera, una auténtica fiesta de colaboración.
Las familias y maestras participaron en la venta de alimentos, postres, bebidas y juegos tradicionales.
Los niños muy contentos degustaron los ricos alimentos, ademÔs de participar en los juegos, las risas, música y convivencia, se notaba el orgullo de participar en una causa común.
Todo lo recaudado serĆ” destinado a las misiones en Ćfrica, donde las Religiosas del Verbo EncarnadoĀ llevan esperanza, educación y fe a comunidades necesitadas.
El sentido de las alcancĆas tuvo un gran significado: "no se trata de la cantidad, sino del gesto de dar con amor."
š Las alcancĆas misioneras: pequeƱos gestos, grandes corazones
Durante todo el mes de octubre, cada grupo tuvo su alcancĆa misionera, sĆmbolo de generosidad y compromiso.Las monedas reunidas, fruto del esfuerzo y sacrificio cotidiano, representan mucho mĆ”s que un apoyo económico: son expresiones de cariƱo hacia quienes mĆ”s lo necesitan.
El Equipo de Pastoral recordó que esta actividad busca formar corazones solidarios, conscientes de que compartir desde el corazón es también una forma de evangelizar.
š¶ Un ambiente de comunidad y esperanza
La MaƱanita Misionera no fue solo un evento, sino una experiencia que unió a toda la comunidad educativa.Entre globos, cantos y oraciones, se respiraba un espĆritu de familia. Las maestras guiaban a sus grupos con ternura, los padres ayudaban en los puestos y los niƱos corrĆan felices entre los juegos, sabiendo que cada sonrisa tambiĆ©n tenĆa una intención misionera.
La actividad concluyó con una breve oración de agradecimiento, elevando a Dios las intenciones de todos los misioneros del mundo y pidiendo por la paz de los pueblos.
š Reflexión final
Ser misionero no siempre implica viajar lejos. A veces, basta con rezar, compartir, escuchar o tender una mano.Esa fue la lección mÔs hermosa que dejó esta Mañanita Misionera: que cada niño, cada familia y cada maestro puede ser un puente de esperanza desde donde se encuentre.
El Instituto Anglo EspaƱol agradece profundamente la colaboración de las familias, el entusiasmo del alumnado y el acompaƱamiento del personal docente y pastoral.Que JesĆŗs, Verbo Encarnado, y MarĆa, nuestra Madre, sigan bendiciendo cada gesto de amor que brota de esta comunidad educativa.
āLa misión comienza en el corazón que se abre al otro.āĀ š














































