🌟 Quinto grado da gracias: una celebración con el corazón abierto
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- hace 3 días
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Hay momentos en la vida escolar que dejan huella. No por lo grandioso, sino por lo profundo. La Misa de Acción de Gracias celebrada por los alumnos de quinto grado —los grupos G51 y G52— fue uno de esos momentos que no solo marcan el cierre de un ciclo, sino que siembran esperanza para lo que viene.
Quinto grado tiene algo especial: es la antesala del último escalón de la primaria. Es ese punto en el que los niños ya no son tan niños, pero aún conservan una mirada limpia y un corazón dispuesto. Lo recordamos muchos adultos, en nuestras historias de formación, cursar este grado fue una etapa alegre, llena de aprendizajes, participación y amistades que aún resuenan en nuestra memoria.
Quizá por eso esta generación de quinto nos toca el alma. Los hemos visto crecer de cerca, los hemos escuchado dialogar con madurez y empatía.
Acompañados por sus profesoras Silvia (G51) y Rosa (G52), los alumnos llegaron al Auditorio del colegio con una alegría serena, de esas que anuncian que el año escolar se ha vivido intensamente.
🙏 Un altar lleno de símbolos y gratitud
La ceremonia fue sencilla, pero significativa. Jesús, Verbo Encarnado, fue el centro de cada palabra, de cada canción, de cada intención. Como símbolo de agradecimiento, los alumnos presentaron cartulinas en las que reflejaron “el camino bueno y el camino malo”, con ejemplos claros que ellos mismos eligieron, fruto de conversaciones en clase, en casa, y de su propia observación del mundo que los rodea.
Fue conmovedor ver cómo asumieron con sinceridad lo que implica tomar decisiones. No como castigo o premio, sino como parte de la vida. Esa capacidad de distinguir el bien y el mal, de dialogarlo, de expresarlo gráficamente, es muestra del trabajo formativo que se ha llevado a cabo durante el ciclo.
Las cartulinas, con colores vivos, frases significativas y dibujos hechos a mano, fueron colocadas como ofrenda, como si cada uno dijera en voz baja: “Señor, aquí estoy, este soy yo, esto es lo que he aprendido.”
🤝 Equipos que trabajan, corazones que sienten
Si algo define a los grupos de quinto este año es su capacidad de trabajar en equipo sin perder su individualidad. Cada alumno aporta, pero también sabe escuchar. Es admirable cómo han aprendido a debatir sin herir, a construir en lugar de competir.
Durante la misa, fue notorio el respeto y cariño con el que trataban a sus docentes, a sus familias, a los compañeros y al colegio mismo. Esa actitud no se improvisa: se forma día con día, en el aula, en el recreo, en la fila, en los detalles que tal vez no todos ven, pero que quienes estamos cerca sí reconocemos.
La preparación para la misa, desde los ensayos hasta la elaboración de materiales, fue asumida con entusiasmo. Se notaba que querían hacerlo bien. No por cumplir, sino por amor. Porque entendían que era un acto de agradecimiento y cierre, no un simple requisito.
🌱 Camino a sexto: el umbral del liderazgo
Sabemos que sexto grado no es cualquier grado. Es el último peldaño de la primaria, el que les dará la oportunidad de ejercer el liderazgo con responsabilidad, de acompañar a los más pequeños, de cerrar con orgullo una etapa y prepararse para la siguiente.
Pero también sabemos que el paso a sexto no es automático. Requiere reflexión, madurez, humildad.
Habrá momentos en los que sus futuras docentes les confronten con verdades necesarias, con preguntas que incomodan para crecer. Y confiamos en que, con el corazón tan bien dispuesto como lo vimos hoy, sabrán recibir cada corrección como una oportunidad.
El pensamiento crítico y constructivo que están desarrollando será su gran aliado. Han demostrado que pueden analizar, cuestionar, proponer. Que no temen pensar diferente si lo hacen con respeto. Ese es un signo claro de que están listos para más.
👨👩👧👦 Agradecimiento que se multiplica
No podemos cerrar esta narración sin mencionar a quienes han sido parte esencial de este proceso:
A sus familias, por su presencia constante, por creer en sus hijos, por acompañar con amor y paciencia este camino.
A las profesoras Silvia y Rosa, por su entrega diaria, por saber combinar firmeza y ternura, y por formar alumnos con criterio, sensibilidad y fe.
A las coordinadoras y al equipo académico, que apoyan desde lo organizativo pero también con mirada pastoral, humana, cercana.
A Madre Griselda, cuya presencia y palabras siempre nos recuerdan el sentido profundo de cada celebración. Su acompañamiento discreto pero firme es faro y sostén para toda la comunidad.
📸 Momentos que valen oro
Las fotografías que acompañan este artículo capturan instantes de luz: un abrazo, una mirada al altar, una mano alzada en oración. Cada imagen es testigo de lo que las palabras apenas alcanzan a decir.
Queremos que las familias se lleven no solo el recuerdo impreso, sino la certeza de que sus hijos están creciendo en un espacio donde se forma el corazón, el pensamiento y la fe.
💬 Final abierto
Querido quinto grado: gracias por lo vivido, por lo compartido, por lo que viene. Sigan avanzando con la frente en alto, con el alma despierta y con el mismo espíritu que hoy los llevó a decir: “Gracias, Jesús, por acompañarnos en este camino.”
El sexto los espera. Pero el quinto se queda en el corazón.