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Gracias por tanto, generación 2019–2025

Un adiós que se transforma en bendición y gratitud.


Hoy 11 de julio de 2025, el Instituto Anglo Español – Primaria vivió uno de esos momentos que trascienden el calendario escolar: el cierre del ciclo de vida académica de nuestra querida generación de sexto grado, alumnos y alumnas que comenzaron su travesía con nosotros en el año 2019, y que hoy parten con un corazón lleno de aprendizajes, memorias y fe.


Desde semanas atrás se envió la invitación a las familias con cariño. Y un día antes, con alegría, se les recordó que este encuentro no era solo una ceremonia, sino una oportunidad para agradecer juntos, recordar lo vivido y celebrar el camino recorrido como comunidad.

La mañana del 11 de julio, el colegio abrió sus puertas con emoción para vivir uno de los momentos más significativos del ciclo escolar: la despedida de una generación que se formó entre aulas, pantallas, abrazos, fe y esperanza.

Una generación marcada por la historia


La generación 2019–2025 creció en medio de una pandemia. En su infancia, enfrentaron algo que ni sus padres ni sus maestros habían vivido antes. Tuvieron que adaptarse a clases virtuales, a la distancia, a nuevos formatos, y también a una nueva forma de vivir la escuela.

Pero no lo hicieron solos.

Juntos, como comunidad educativa —familias, docentes, personal de apoyo, equipo administrativo— enfrentamos este desafío de la mano de Jesús, Verbo Encarnado, quien fue luz, consuelo y guía. Con Él en el centro de nuestro quehacer educativo, buscamos cada día nuevas formas de enseñar, de acompañar, de estar presentes aún en la distancia.

Un cuento que se empleó durante este proceso:

Créditos a BBVA, "Aprendemos juntos". Empleado con fines didácticos durante la pandemia.

Transformamos la incertidumbre en oportunidad, el encierro en cercanía virtual, y el miedo en fe compartida. Esta generación no solo aprendió matemáticas o ciencias; aprendió a vivir con resiliencia, a esperar con paciencia y a confiar en que, con amor y unidad, todo es posible.


Un inicio con el corazón elevado: la Eucaristía de Acción de Gracias


La jornada comenzó con una emotiva Eucaristía de Acción de Gracias. Bajo el manto de Dios, se elevaron las oraciones por los años compartidos, por las etapas superadas y por las personas que acompañaron cada paso de esta generación.


La celebración fue un acto de fe, de memoria y de comunidad. Dimos gracias por los aprendizajes académicos, pero también por los valores, las amistades, las oportunidades y, sobre todo, por la guía de Jesús, quien fue nuestra fuerza silenciosa cuando hubo que tomar decisiones, reinventar rutinas y confiar en nuevos caminos.


Agradecer el trayecto: entrega de boletas y palabras que abrazan


Con la Eucaristía aún palpitando en el alma, pasamos a la entrega de boletas. Más que un documento, fue el cierre simbólico de un capítulo lleno de historias y crecimiento. Detrás de cada calificación, hay esfuerzo, perseverancia, adaptaciones, nuevas formas de aprender y también de enseñar.


Cada boleta fue un reflejo del trabajo conjunto entre familias, docentes y alumnos. Un espejo de lo que pudimos construir aun cuando el panorama parecía incierto. Cada entrega fue un momento íntimo, lleno de orgullo, donde los ojos de madres, padres y maestros se encontraban en una sonrisa cómplice.


Acompañamiento en cada etapa: un recorrido lleno de rostros y vocaciones


Durante estos seis años, nuestros alumnos compartieron sus días con personas comprometidas, amorosas y vocacionales. Algunos ya no están físicamente en el colegio por distintas circunstancias, pero su huella vive en cada generación que ayudaron a formar. No es necesario mencionar nombres para saber que en esta historia hay muchas manos, voces y corazones que construyeron futuro.


Los que hoy seguimos aquí, fuimos testigos de ese crecimiento. Los vimos reír frente a la pantalla, intentar encender su micrófono, buscar señal de internet, aprender a compartir pantalla. Y hoy los vemos avanzar con seguridad y confianza.


Agradecemos profundamente a quienes estuvieron a cargo de:

  • Área de Español

Quienes enseñaron a leer con el alma, a escribir con claridad, a entender el poder de las palabras. El aula de Español fue espacio de cuentos, debates, cartas, exámenes… pero también de escucha y expresión.

  • Área de Inglés

Desde los primeros "hello" hasta conversaciones fluidas y presentaciones, el área de Inglés permitió que nuestros alumnos ampliaran su visión del mundo, desarrollaran una nueva lengua y se comunicaran con seguridad.

  • Catequesis

Donde se sembró la fe, se habló de Dios y se fortalecieron los valores. En Catequesis aprendimos que Jesús no se queda en los libros, sino que camina con nosotros, en el aula, en casa, en lo cotidiano.

  • Educación Física y Psicomotricidad

Ámbitos donde los alumnos aprendieron a cuidar su cuerpo, a jugar con alegría, a reconocer sus habilidades y a superarse. Incluso en casa, en salas pequeñas o patios improvisados, el movimiento no se detuvo.

  • Música

La música acompañó nuestras celebraciones, nuestros festivales y también nuestros silencios. Nos ayudó a conectar con la emoción, a crear belleza, a encontrar ritmo en medio del caos.

  • Tecnología y Talleres

Áreas vitales durante la pandemia, donde no solo aprendimos a usar herramientas digitales, sino también a confiar en nuestras capacidades para innovar, resolver problemas y construir nuevos saberes.

  • Equipo de apoyo y Administración

Gracias a quienes, desde lo técnico y lo logístico, mantuvieron el colegio funcionando. Desde la gestión administrativa hasta la limpieza y el mantenimiento, todo fue posible gracias a ustedes. Su presencia fue tan valiosa como silenciosa, y hoy la celebramos con gratitud.

  • Comedor escolar “Mi pequeña familia”

Una vez que regresamos a la presencialidad, el comedor no solo alimentó el cuerpo, sino también el alma. Quienes prepararon y sirvieron alimentos, quienes cuidaron de los pequeños detalles, fueron parte importante de la rutina escolar y de muchas sonrisas al medio día.


Un recorrido con muchos rostros

A lo largo de esta travesía educativa, fuimos guiados por la presencia firme, amorosa y siempre cercana de nuestras queridas directivas. Cuatro mujeres valientes han dejado su huella en esta generación:

  • Madre Laura

  • Madre Pepis

  • Madre María del Carmen

  • Madre Griselda, quien hoy cierra este proceso acompañando con sabiduría y ternura a nuestros alumnos de la generación 2019–2025.

Cada una de ellas aportó desde su estilo, su fe y su vocación, una semilla que hoy florece en cada egresado. Gracias, queridas madres, por sostenernos y animarnos a no perder de vista lo esencial.

Las familias: pilar fundamental


Esta generación creció acompañada de familias comprometidas, presentes, amorosas. Durante la pandemia, ustedes fueron maestros, motivadores, enfermeros, psicólogos, compañeros de juego y guías. Cuando las clases fueron a distancia, su hogar se convirtió en aula; cuando volvimos, nos ayudaron a reconfigurar los vínculos.


Los valores que se sembraron en casa, fueron cultivados y fortalecidos en el Instituto Anglo Español. Gracias por confiar en nosotros, por sostenernos en momentos inciertos, por acompañar a sus hijos con amor firme y generoso.

Una misión que sigue viva

Todo esto es posible porque nuestra escuela no es solo un edificio: es una comunidad con espíritu y misión. Seguimos los pasos de Madre Jeanne Chezard de Matel, cuya visión nos inspira a formar personas plenas, sensibles y comprometidas con su fe y con el mundo.

Y cada decisión, cada paso, cada celebración ha estado iluminada por la presencia viva de Jesús, Verbo Encarnado. Él ha caminado a nuestro lado en cada lección, en cada cambio de plan, en cada momento donde lo humano necesitó lo divino.


El desayuno del recuerdo


Después de la entrega de boletas, las familias se reunieron con sus hijos para compartir un desayuno lleno de simbolismo y cariño. Bajo las sombras del patio, entre fotografías y palabras de despedida, se tejió una red de afectos que confirma que lo vivido permanecerá.


Los egresados de la generación 2019–2025 no solo recibieron un diploma, sino también la certeza de que han dejado una huella. En sus ojos había gratitud; en sus sonrisas, futuro.


Un cierre con esperanza


Querida generación 2019–2025:


  • Gracias por enseñarnos a ser mejores educadores, mejores personas y mejores creyentes.

  • Gracias por su paciencia en la pandemia, por su alegría en los recreos, por su entrega en cada actividad.

  • Gracias por hacernos creer que la escuela puede transformarse, y aun así seguir siendo hogar.


Llévense con ustedes todo lo aprendido, pero sobre todo lo vivido. Y nunca olviden que esta, su escuela, siempre será un lugar donde se les quiere, se les recuerda y se les espera.

¡Te vamos a recordar!

📸 Acompañamos esta crónica con imágenes del día: la Eucaristía de Acción de Gracias, la entrada al patio decorado, el desayuno compartido, los rostros del equipo docente y de apoyo, y esas fotos especiales que solo pueden decir una cosa:

Aquí viví algo que me marcó para siempre.


 
 
 
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