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Misas de agradecimiento: un cierre lleno de gratitud, fe y abrazos 3° Grado

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En el calendario escolar hay fechas que marcan el ritmo del año: el primer día de clases, los festivales, los exámenes, los paseos, las evaluaciones finales… Pero también están esos momentos que no aparecen en ningún cronograma oficial, y que sin embargo se graban con tinta profunda en la memoria: una palabra compartida, una mirada de complicidad, una canción entonada a todo pulmón o una oración dicha en voz bajita, pero con el corazón encendido.


Así fueron nuestras Misas de agradecimiento por grado: espacios de recogimiento, celebración, fe compartida y abrazos verdaderos. En medio de los repasos finales, las carpetas que se cierran y los planes para las vacaciones, nos dimos el regalo de detenernos y decir: Gracias, Señor, por lo vivido. Gracias por lo aprendido. Gracias por acompañarnos cada día.


✨ Comunión: doble alegría para los alumnos de 3ero


Para nuestros estudiantes de tercer grado, la Misa de fin de ciclo tuvo un significado aún más profundo: buena parte de ellos vivió recientemente la alegría de su Primera Comunión, y esta ceremonia fue la primera oportunidad que tuvieron para comulgar junto a sus compañeros, docentes y familia reunida en la escuela.


Fue conmovedor verlos acercarse al altar con paso sereno, manos juntas y ojos brillantes. Padres y madres emocionados, abuelos que no contenían las lágrimas, maestras que los miraban con ternura y orgullo. Esa escena sencilla —el niño que recibe el Pan de Vida acompañado de quienes lo han guiado en su camino— resume lo que deseamos para cada uno: una vida donde la fe, el amor y la comunidad caminen de la mano.


🎙 Una homilía viva: preguntas, risas y certezas

Durante la ceremonia, el Padre Gonzalo nos regaló una homilía cercana, profunda y adaptada al corazón infantil. Con la calidez que lo caracteriza, invitó a los alumnos a participar mediante una dinámica de preguntas:


—¿Dónde está Jesús?—¡En la Eucaristía!—¿Y también en el corazón?—¡Sííííí!—¿Y qué nos dice cuando rezamos?—Que nos quiere mucho…


Las respuestas brotaban espontáneas, alegres, confiadas. No había miedo a equivocarse, porque el clima era de diálogo y escucha. El Padre Gonzalo logró, con sencillez y profundidad, transmitir que Dios es un Papá que nos escucha, nos espera y siempre nos abraza, incluso cuando fallamos.


En tiempos donde muchas voces compiten por la atención de nuestros niños, fue un respiro ver cómo, en el silencio sagrado en el momento de la Consagración, las palabras del Evangelio encontraban eco en los corazones más jóvenes.


💞 El abrazo que une generaciones


Al finalizar la Eucaristía, los alumnos caminaron hacia sus familias. Lo hicieron sin prisa, como sabiendo que algo importante estaba por suceder.


Y entonces se dio uno de los gestos más hermosos de la jornada: el abrazo. No uno cualquiera, sino un abrazo sentido, prolongado, de esos que dicen más que mil palabras.


Niños y niñas se fundieron en los brazos de sus padres, sus hermanos, sus abuelos. Algunos soltaron una lágrima, quizás por emoción, cansancio o simplemente por sentir que llegaba el final de una etapa.


Fue un momento espontáneo, pero lleno de simbolismo: cada niño, al abrazar a su familia, también abrazaba todo lo vivido durante el ciclo escolar. Abrazaba sus logros, sus retos superados, sus amistades, sus errores corregidos. Abrazaba el aula, los recreos, los juegos, las tareas, los regaños que educan y los aplausos que motivan.


📚 No todo ha terminado: seguimos compartiendo


Aunque las Misas de agradecimiento marcan un cierre emocional y espiritual, el ciclo escolar aún no concluye oficialmente. En nuestro colegio, las clases terminan el miércoles 16 de julio, por lo que en estos días se realizan repasos, actividades integradoras, pequeños proyectos y espacios de reflexión.


Estos días finales son valiosos, no solo para afianzar aprendizajes, sino para fortalecer los vínculos entre compañeros, maestros y familias. Se recuerdan anécdotas. La escuela baja el ritmo, pero no la profundidad: es tiempo de mirar hacia atrás con gratitud y hacia adelante con esperanza.


🕊Más que una ceremonia: una experiencia transformadora


Podríamos decir que las Misas fueron simplemente “actos de fin de curso”, pero estaríamos siendo injustos. Fueron mucho más que eso: fueron experiencias transformadoras. No por lo espectacular, sino por lo esencial. Porque en un mundo que a veces olvida lo importante, nos reencontramos con lo sagrado, lo simple, lo verdadero:


  • En la oración de los fieles, los niños pidieron por sus compañeros, por los enfermos, por sus maestros y hasta por “los que tienen el corazón triste”.

  • En el ofertorio, llevaron al altar no solo el pan y el vino, sino dibujos, libros, lápices, cuadernos… todo lo que simboliza el aprendizaje ofrecido con amor.

  • En los cantos, entonados con entusiasmo, se percibía el deseo de celebrar la vida y la fe.


Y al final, el gesto que cerró el círculo: la bendición, que no fue solo una fórmula litúrgica, sino una caricia sobre cada uno. Como diciendo: “Lleven todo esto con ustedes. Que no se les olvide nunca quiénes son ni cuánto valen.”


🧭 Caminando hacia un nuevo ciclo, con corazón agradecido


A medida que se acercan las vacaciones, los pasillos se llenan de risas, dibujos, despedidas, firmas en playeras, últimas tareas y muchos “te voy a extrañar”. Pero también se llenan de esperanza.


Los alumnos de tercer grado —como todos los demás— no terminan una etapa, la transforman en peldaño. Y lo hacen con la bendición de haber tenido un año escolar lleno de oportunidades, aprendizajes, amistades y experiencias de fe.


  • A las familias, gracias por confiar en nuestro colegio. Por caminar con nosotros. Por estar presentes en cada paso, en cada abrazo, en cada lágrima y en cada sonrisa.

  • A los docentes, gracias por educar con entrega, por sembrar día a día, por cuidar no solo la mente, sino también el alma de cada niño.

  • Y a nuestros estudiantes: gracias por enseñarnos tanto. Por su sinceridad, su risa contagiosa, sus preguntas, su manera de mirar el mundo. Gracias por recordarnos que la escuela no es solo un lugar de enseñanza, sino un espacio de encuentro.


🙏 Que la gratitud nos acompañe siempre


El agradecimiento no termina con una misa. Es una actitud que llevamos en la mochila del corazón. Que este final de curso nos ayude a mirar con ojos más atentos, a escuchar con oídos más abiertos y a actuar con manos más generosas.


Y que, cuando vuelva a sonar la campana en septiembre, regresemos con el corazón renovado, listos para vivir una nueva aventura educativa… siempre bajo la mirada amorosa de Jesús, Verbo Encarnado.


 
 
 

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